Los Mangos y Aguacates de Judy Buendía

Recientemente asistí al concierto de la cantautora venezolana Judy Buendía. Conozco a Judy desde hace años y sé que se trata de una profesional preparada, talentosa y tenaz. Su último sencillo “Mango y Aguacate”, es un testimonio veraz sobre lo rudo y lo difícil que es llegar a abrirse un espacio en el mundo de la música y el entretenimiento.

En esta canción cuenta cómo un día tuvo que agarrar los mangos y los aguacates del jardín de su casa y salir a venderlos para poder comprarle comida y pañales a su hija. Esto después de muchos años de estudios, de varios discos grabados, de mucha inversión de tiempo y dinero en una carrera que siempre avanza en forma de apuesta, de esperanza y fe.

Pero Judy se monta en el escenario con la misma energía de quien viene invicto, con la misma fuerza del adolescente que se arriesga como un inmortal y triunfa. Todos entramos inevitablemente en el bolsillo de Judy, con su humor, con su risa, con su desfachatez y con su indiscutible talento.

Esa noche, los aguacates y los mangos se convirtieron en piedras preciosas, con los que celebramos la alegría de estar vivos en un mundo que se empeña en empañarnos la sonrisa. Judy puede que se canse, pero no se da por vencida y con eso ha logrado que su sueño sea también el sueño de muchos quienes la admiramos y la queremos. Ojalá que el mundo no se pierda la oportunidad de corear sus canciones y que sean esas canciones las que paguen los pañales, los juguetes, los estudios y todo lo que le sea necesario para que Judy nunca deje de hacerlas.